Especulación.

 

Antes solo ocurria en las grandes ciudades, las inhumanamente cuadriculadas por las más duras leyes económicas, pero tambien se ha hecho extensivo a los publecitos idilicos y de ensueño.
Ya se pueden vender las montañas y zonas de solaz, a precios astronómicos, en vez de dedicarlas a espacios naturales, jardines y parques de juegos. Las pocas zonas verdes que se salvaron aprecen cada vez más silenciosas: Alli dormitan grupos de ancianos, y los perros, caracteristico e histérico sucedaneo de los niños, pasean y juguetean por ellos debidamente "sujetos a la correa".
No hay sitio para los niños! Los padres de familia numerosa son heroes, o millonarios, o locos: Tienen que buscar un lugar con paz y tranquilidad, por no poder estar en lo que siempre fué un lugar apacible. Ese lugar ya es de los especuladores.
La ternura, la tranquilidad, el lugar de los antepasados y de las tradiciones familiares, ya no cuenta para nada, el hogar de siempre hay que ir pensando en dejarlo,hace falta respirar aire puro.
Donde podremos ir ahora?.
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Comentarios

Ángel ha dicho que…
Tengo un amigo, ¡con 4 niños!, que se organiza para hacer excursiones todas las semanas y, según me dice, repite poquísimo. Comenta lo mismo que tú, por ejemplo para ir a un restaurante, el encontrar uno donde tengan menús para críos. Admiro a todos los padre y madres (ahora hay que decir todo) y mucho más a los que son familias numerosas.

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