Muchos recordamos aquellas voces queridas que nos hablaban de Dios con toda naturalidad, en las escenas más corrientes de nuestra vida, mención especial merecen las madres y las abuelas.
Al salir de casa eran frecuentes aquellas despedidas: "vete con Dios", o "Dios te acompañe, o simplemente "Adios", tambien era normal leer al entrar en casa aquella cartelito que decia "Dios bendiga cada rincón de esta casa", eran señales además de otras muchas, del amor a Dios, que los padres querian poner en el corazón de sus hijos, para poder imitarlo en la lucha diaria y asi mejorsr su vida.
Hoy tristemente se habla mucho menos de Dios, para muchos esa referencia se ha perdido, es como si Dios hubiera dejado de existir, y quieran o no, Dios sigue siendo lo que todo hombre necesita para conseguir la felicidad, que no la busquen en otro lugar por que no la van a encontrar.
Como cambiarian las vidas de tantas personas, si se decidieran a añadir a su hacer diario un nevo sumando, DIOS.
 
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Comentarios

Cristian ha dicho que…
Es desgraciadamente la realidad del hoy... muy pocas personas encomiendan abiertamente a otros en el nombre de Dios... hay que reeducar en esa situación mi amigo. Bendiciones.
icue ha dicho que…
Padre Cristia.
Gracias por su comemtario,lo que dice de reeducar es una obligación que tenemos, y de no hacerlo se nos pedirán cuentas.
Yo si le encomiendo para que su labor en esa bendita tierra dé muchos frutos.
Saludos
Ludmila Hribar ha dicho que…
Es que en este aspecto algunos tenemos recuerdos demasiado buenos de nuestras madres, abuelas,que sin haber sido maestras tenian el alma llena de amor y sabian transmitirlo con palabras, gestos o simplemente miradas. Lamentablemente no todos los tienen, les ha faltado esa cultura del corazón, esa naturalidad en darse. Y sí es alli donde debemos estar!!! Quizas no para reeducar, sino dandonos, escuchando...claro que se nos pedirán cuentas si enterramos nuestros talentos! Como siempre Icue gracias por ayudarme a pensar.
icue ha dicho que…
Gracias a ti ljudmila, que me animas a escribir, sobre lo que llevamos dentro y queremos que llegue a otros.
Muy cariñosamente.

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