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Mostrando entradas de junio, 2007

Ayudar a los demás.

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  Vivimos unos momentos en los que pienso que se debe decir, asi no puedo seguir, tengo que ayudar a los demás. Lo primero es no cruzarse de brazos ante esta obligación, viviendo exclusivamente atentoa los propios intereses personales, dejando pasar los dias, matando el tiempo, o en ese ir tirando, como ordinariamente se dice, es creer que esto es posible. Si no creemos que podemos salvar a nuestros contemporaneos de la ignorancia, del error, del sectarismo beligerante, del ateismo reinante, ni siquiera lo intentaremos. Crer en la Verdad y creer en su fuerza de convicción, en su capacidad de abrirse paso, como un rio impetuoso que atraviesa los montes. Esto es lo primero, creer en la Verdad. Creer en la Verdad, vivirla, enseñarla. Este deber de difundir la Verdad es particularmente urgente en un tiempo como el nuestro, en que el materialismo agresivo no descansa ni regatea sus recursos para convencer al hombre que él es la verdad, él quien la crea. No hablar, no moverse, no estar prese

Crear el propio ambiente.

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  Un joven recien llegado a un pueblo preguntó a un anciano que estaba con su nieto: "¿Como es la gente que vive aqui?". El anciano le respondió con otra pregunta:¿Como es la gente del lugar que vienes?. El joven le dijo:"Muy egoista, envidiosa y vengativa". El viejo replicó...!pués esa misma gente encontrarás aqui!. Más tarde llegó otro joven quien hizo la misma pregunta que el anterior, entonces el anciano le hiza la misma pregunta...¿como es la gente del lugar de donde vienes?. El joven le contesta: "Confiable, amable, justa, y con mucho amor por los demás.." A lo que el aciano contesta:"!Pués esa misma gente es la que encontrarás aqui!" El nieto del anciano preguntó entonces:"¿Por que has dicho eso abuelo?". A lo que el viejo responde:"Cada uno crea su ambiente externo por lo que sale del interior de su corazón, y por la forma de percibir las cosas.

La mujer virtuosa.

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  Quiero detenerme hoy que de tantas formas se maltrata a la mujer, y que tanto se mercadea con su feminidad, en una breve reflexión sobre ella. Debemos reconocer que la familia tiene el brillo de un sol, que le es propio: la mujer. Dice de ella la Sagrada Escritura: La gracia de una mujer diligente encanta al marido. La mujer santa y honesta es una gracia inestimable. Como el sol que se levanta en las alturas de Dios, asi la belleza de una mujer es ornamento de su casa. Si, la esposa y madre es el sol de la familia. Es sol por la generosidad y el olvido de si, por la prontitud constante y por la delicadeza siempre atenta que le hace adivinar todo cuanto pueda volver agradable la vida del marido y los hijos. La gracia de la esposa es la alegria del marido. La mujer santa y recatada duplica su encanto. Seria importante comprender los profundos que son los sentimientos de amor y gratitud que despiertan en el corazón del padre y de los hijos, una figura asi de esposa y madre.

Ley natural

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  Por muy oscurecida que esté la luz natural en un individuo, siempre ve algo. Por ejemplo, parece que a una mayoria de los politicos actuales les parece que provocar el aborto voluntariamente después de tres meses es demasiado fuerte, y sin embargo, nosotros vemos con toda claridad que el aborto provocado, siempre es una cosa mala. De todas maneras, cuando el hombre carece de gracia se encuentra en una situación que tiende a mayor oscuridad. Hace unos dias contemplaba los millares de bombillas encendidas en la Feria de Sevilla; pensé que si empezabamos a apagar unas bombillas disminuia la claridad del ambiente; si apagamos otras el descenso en la luminosodad proseguia. Asi podiamos continuar hasta el momento en que al apagar la última bombilla ya no se veria nada. Algo semejante ocurre con la ley natural: la negación de una parte lleva al oscurecimiento de la totalidad,(la pérdida de una verdad, de un precepto, lleva consigo a que se entienda menos el resto que todavia queda visible).

El buen padre

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  Me invitó un amigo a la presentación de un libro que habia escrito, al leerlo reposadamente encuentro esta interesante reflexión: Padres buenos hay muchos, buenos padres hay pocos. No creo que haya cosa más dificil que ser un buen padre. En cambio no es dificil ser un padre bueno. Un corazón blando, basta para ser un padre bueno; en cambio la voluntad más fuerte y la cabeza más clara son todavia poco para ser un buen padre. El padre bueno quiere sin pensar, el buen padre piensa para querer. El buen padre dice si cuando es si, y no cuando es no; el padre bueno solo sabe decir que si. El padre bueno hace del niño un pequeño dios que acaba en un pequeño demonio. El buen padre no hace idolos; vive la presencia del único Dios. El buen padre templa el carácter del hijo llevandolo por el camino del deber y del trabajo. Y asi, el padre bueno llega a la vejez decepcionado y tardiamente arrepentido, mientras el buen padre crece en años respetado, y a la larga comprendido.

47 años casados

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  Cumplimos mi mujer y yo, el 47 aniversario de nuestra boda, de aquel dia que dijimos hasta que la muerte nos separe. Es verdad. El amor o es para siempre o simplemente cae por su propio peso. O tiene sabor de eternidad o es desabrido, agrio, y tristemente amargo, se pierde con el tiempo, se transforma en recuerdo color ceniza. En este sentido, ¿como no hablar de matrimonio?, ¿como no hablar de la belleza siempre antigua y siempre nueva de amarse para siempre?. Cuando un hombre y una mujer se aman con entrega, con sacrificio, con fidelidad duradera - y notese que digo hombre y mujer - el amor se convierte en gemelo de la eternidad. El matrimonio es la entrega plena del amor humano y el verdadero amor solo existe en la continuidad necesaria. La pasión, el instinto quema los resortes rápidamente; los reduce a escorias y no deja sino cenizas en las manos. Alguien puede dudar de la capacidad de amar para siempre, nuestra experiencia, al menos, demuestra que es posible, gratificante y que